“Para algunos, los optimistas tecnológicos desenfrenados, las contraindicaciones representan un costo tecnológico que debe asumirse necesariamente si se desea estar a la altura de los tiempos. Para los detractores de la tecnología, los beneficios educativos no compensan el daño, por lo que sugieren limitar el uso de tecnologías a los estrictamente indispensable.”

“La Educación Aumentada”, Bellomo, Santiago, Globethics Publications, pag. 184 (libro de descarga gratuita)

La gran pregunta que parece que vuelve una y otra vez es: ¿Escuelas con Pantallas o Escuelas sin Pantallas?

Vivimos en un mundo “saturado” de pantallas y de información, la cultura de “la inmediatez” nos desborda cada día. Junto con eso, este año (2023) será recordado como el de la Irrupción de la Inteligencia Artificial Generativa, capaz de manejar el Lenguaje Humano y de procesar “toneladas” de información y sintetizarla en pequeñas porciones digeribles, con mayor o menor éxito, pero perfeccionándose cada día. Con los riesgos y peligros, conocidos y desconocidos, que eso implica.

Ante este escenario, viene a mi mente la maravillosa historia (metáfora) de “La Bella Durmiente” (repasemos): La princesa cargaba en sus espaldas con “una maldición”, el día que se pinchara el dedo con una aguja arrastraría a todo el reino a “un sueño” de 100 años. Ante ese riesgo (parece que bastante efectivo), la respuesta fue “esconder todas las agujas de su entorno” para que no llegara a pincharse. De alguna manera se las arregló para encontrar una aguja (eran otros tiempos) y se pinchó un dedo y el reino “durmió” 100 años.!!

¿A qué viene esta metáfora…? a la idea de que, sin importar el esfuerzo que hagamos, nuestros hijos, nuestras futuras generaciones, van a estar expuestas a pantallas, dispositivos tecnológicos, celulares o sus predecesores, y ahora también podemos decir, a la intromisión de la Inteligencia Artificial en sus vidas. Incluso a controlar y tomar decisiones por ellos, como muchas veces nos sucede a los adultos hoy día.

Cuál sería la actitud más prudente: ¿esconder las agujas? (siguiendo la metáfora) ¿rodearlo/a de agujas al nacer? ¿implantarle una aguja ni bien empiece a hablar? ¿enseñarle a manejar las agujas en la medida que pueda?

Yo, obviamente, me inclinaría por esta última opción. Entrenarlo/a, todo lo posible, en la medida que vaya creciendo, a manejar cada vez mejor, agujas cada vez más difíciles de manejar. Incluso aquellas que a nosotros nos cuestan tanto manejar.

¿Va a salir todo bien? difícilmente. 

Pero creo que es la mejor alternativa para que en su adultez, cuando tenga que tomar sus propias decisiones, lo pueda hacer con la mayor soltura y cuente con un abanico de opciones para progresar en los desafíos que vengan por delante.

¿Y uds. que opinan? los escucho…

PD: Este artículo no fue escrito con Inteligencia Artificial, ya con la natural tengo bastantes problemas. Un abrazo

Carlos E. Rodriguez

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Licenciado en Educación especialista en elearning. Director y fundador de Redubicua.com.