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¿Es el conectivismo una estrategia válida para estos entornos de aprendizaje?
Tres son las teorías “clásicas” del aprendizaje que se aplican en la creación de entornos instruccionales: cognitivismo, conductivismo y constructivismo.
Sin embargo, el proceso de enseñanza-aprendizaje evoluciona al igual que la forma de conectar socialmente, aspecto claramente influenciable en las estrategias educativas.
Esto también impacta en una nueva concepción teórica del aprendizaje, dejando estas teorías clásicas no obsoletas pero sí claramente renovables.
Veamos el porqué
Estas teorías tienen en cuenta que el proceso de aprendizaje surge como una experiencia aislada que ocurre en el interior de las personas, en un escenario único y con información organizada y limitada.
Pero ¿y si la experiencia de aprendizaje combina nodos de conocimiento en los que cada individuo tiene una opinión o punto de vista diferente y conviven en un escenario complejo?
¿Qué ocurre, entonces, en la sociedad actual en los que las nuevas tecnologías tienen un papel significativo en el proceso de aprendizaje?
¿Son los principios de las teorías cognitivista, conductivista o constructivista aplicables a la nueva globalización del conocimiento en esta era de la cuarta revolución de la tecnología de la información?
Siemens enunció las respuestas a estas cuestiones en 2004: el conectivismo se presentó como superación y renovación de las teorías cognitivista, conductista y constructivista.
De este modo, para enunciar unos principios de aprendizaje no solo se debería tener en cuenta el “qué aprender” o el “cómo aprender” sino que también se tenía que considerar el “dónde aprender”.
Este nuevo factor implicaba el desarrollo de principios teóricos basados en el desarrollo de nuevas habilidades y estrategias.
En este contexto formativo y social en el que los cursos en línea crecen y se han de modificar las estrategias de aprendizaje, George Siemens y Stephen Downes (este último otra figura clave del origen del conductivismo) apuestan y llevan a cabo su propuesta pedagógica conectivista a través de la modalidad de Massive Open Online Courses (MOOC). «Connectivism & Connective Knowledge» es, en 2008, el título del curso con el que se demostraba esta nueva teoría.
Pero no fue este el primer MOOC y no todos los MOOC se basan en la teoría conectivista.
Los cursos por radio, gratuitos y abiertos a todo el público, de la Universidad de Nueva York en 1922 son un ejemplo de MOOC primitivos.
Es evidente que en estos cursos de principios del siglo XX no se cumplen los principios conectivistas.
De forma general, esta formación radiofónica se podrían clasificar dentro de los denominados xMOOC, diferentes a los denominados «cMOOC».
Los xMOOC están basados en contenidos y relacionados con el mundo universitario, más tradicionales en cuanto a contenidos-actividad-evaluación, y que llevan a la obtención de una certificación que acredita los conocimientos adquiridos en esa formación; mientras que los cMOOC son los cursos dinámicos basados en la red de conocimiento y en la idea conectivista inicial de Siemens y Downes; son los cMOOC una modalidad masiva en cuanto a alumnos, con una estructura más abierta, conocimientos socialmente construidos y basados en la conversación, sin evaluación y cursados por estudiantes cuya principal motivación es el aprendizaje y no la certificación o la colección de títulos o insignias.
A esta clasificación se le suman otros tipos de modalidades que poco o nada se parecen a la originaria idea de los MOOC como, por ejemplo, los SPOC (Small Private Online Course), cursos de formación o, más bien, modelos de negocio, dirigidos a grupos limitados y que no tienen por qué ser gratuitos (¿qué queda entonces del significado de la «M» de massive y la «O» de open?).
Parece que el conductivismo y el modelo MOOC tendrían que triunfar e irrumpir con fuerza en el mundo de la formación y ser, como muchos auguraban, el principio del cambio de la educación superior.
Pero no es así.
La tasa de deserción es muy alta (un 90 %).
Además, la oferta se inclina hacia el xMOOC, lo contrario que pretendían Siemens y Downes con la demostración empírica de su aprendizaje en red.
¿Por qué el conectivismo no triunfa?
Zapata-Ros (2014) cree que el punto débil es «la casi ausencia de diseño instruccional de los MOOC desde sus principios», aspecto clave a la hora de organizar cualquier programa formativo.
Los cMOOC propugnaban la espontaneidad en el proceso de enseñanza-aprendizaje, además de la masividad de los destinatarios.
Ambos aspectos afectaban al diseño instruccional básico (definición de objetivos, diseño de actividades, etc.).
Incluso la evaluación por pares se siente como insuficiente y causa de abandono en el estudiante.
Otro de los aspectos que influye en la no proyección de los cMOOC es la escasa experiencia de algunos alumnos que, acostumbrados al sistema tradicional de enseñanza o a los cursos on-line convencionales, no se sienten cómodos en un escenario tan flexible, donde la intervención tutorial es inexistente y en la que no hay planteamiento pedagógico claro.
Además la responsabilidad de que el mismo estudiante sea el eje del aprendizaje o que el fenómeno pueda residir fuera de él provoca que los menos adiestrados sean los que abandonen este modelo.
Bartolomé (2014) incide en que el modelo de aprendizaje pasa a ser un modelo de negocio cuando las instituciones comienzan a distribuir sus cursos sin contar con los principios por los que fueron creados.
¿Quiere esto decir que el conectivismo no es válido en MOOC?
Esta teoría redefine el paradigma educativo y da respuesta a cómo poder actuar ante la irrupción tecnológica en el aprendizaje, pero no deja de ser una organización compleja.
Los estudiantes deben moverse en ambientes no estructurados, “conectándose” unos con otros hasta generar una red de conocimiento, como si de una máquina que almacenar datos se tratara.
Además, estos entornos complejos son ambientes favorables para alumnos experimentados, cuyo conocimiento personal ya compone una red que proyecta un nuevo aprendizaje a otros individuos.
Pero este ambiente se vuelve crítico en alumnos menos experimentados, con menor conocimiento y que necesitan directrices, guías para hallar la información correcta y moderación para la creación de grupos y la convivencia social en las comunidades de aprendizaje.
Teniendo en cuenta esto, ¿pueden considerarse masivos unos cursos a los que no podría acceder todo el mundo por su complejidad?
No solo una es la teoría de aprendizaje que se debe aplicar en los cursos e-learning.
Los principios conectivistas de autoorganización deben formar un modelo híbrido y ajustarse a los tiempos junto con el resto de teorías del aprendizaje e incluir (y esto es lo bueno del modelo de Siemens y Downes) un factor de presente y futuro que influye e influirá en la formación integra de las personas: las TIC como herramienta, medio y guía de nuestro aprendizaje.
Resumen
Los principios conectivistas de autoorganización deben formar un modelo híbrido y ajustarse a los tiempos junto con el resto de teorías del aprendizaje e incluir (y esto es lo bueno del modelo de Siemens y Downes) un factor de presente y futuro que influye e influirá en la formación integra de las personas: las TIC como herramienta, medio y guía de nuestro aprendizaje.
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