El papel de la tecnología

En la coyuntura actual de “cuarentena” que se vive a lo largo y ancho del mundo y la era post-COVID-19 que ojalá en breve llegará, implica una apuesta tecnológica inédita como facilitadora del papel fundamental que tiene el sistema educativo en la sociedad y más aun con la crisis en el aprendizaje planteada por el Banco Mundial (Deon & Rogers, 2017) que concluye en la necesidad de innovar el sistema educativo, para enfrenar la disyuntiva de, por un lado entrenar al capital humano requerido por el sector productivo en programas de 3 o 4 años en los que se desarrollan competencias que no serán aplicables dada la velocidad del cambio y a los que se accede después de un ciclo en la básica y media de más de 10 años, y por otro lado empoderar ese capital humano en programas de ciclo corto que entreguen competencias para el “hacer” continuamente cambiantes como las requeridas por las organizaciones. Difícil disyuntiva entre entrenar o empoderar, entre solucionar la necesidad coyuntural o proveer alternativas para la necesidad estructural, queda abierta la discusión.

 

La apuesta es comprender que esto no es una crisis más, es observar la coyuntura como un punto de partida para asumir un reto tecnológico, social, político y económico que puede ser uno de los más grandes de la historia moderna, en el que la cuarta revolución industrial, la transformación digital, el uso de las tecnologías como apoyo a los procesos, tendrán un papel central y teniendo en cuenta que el reto no es exclusivamente tecnológico; el reto es sistémico e integral, para lograr que el ciudadano de a pie apropie la tecnología de tal manera que la vea como un aliado, no como un enemigo a pesar de que efectivamente múltiples empleos desaparecerán pero otros tantos surgirán, hay que partir del hecho de que las nuevas generaciones trabajarán en labores que hoy aún no existen y por lo tanto el sistema educativo se tiene que adecuar en la perspectiva de la altísima flexibilidad requerida por las exigencias del entorno, apoyándose en el uso eficiente de la tecnología como mediador en el proceso. Pearson (Bakhshi, et.al., 2017) cuantificó esa amenaza al empleo generada por la irrupción de megatendencias que incluyen entre otras, inteligencia artificial, cambio tecnológico, globalización, cambio demográfico, sustentabilidad ecológica, urbanización, creciente disparidad económica e incertidumbre política, que moldean un complejo horizonte laboral y por ello lo relevante es que el sistema educativo se concentre en formar en competencias humanas que la tecnología no pueda replicar, en un proceso de empoderamiento continuo fundamentado en la misma tecnología como un aliado.

 

Aunque la coyuntura generada por el COVID-19, ha permitido acelerar la transformación digital de la sociedad, no hay que perder de vista la situación estructural que es un sistema productivo insostenible, predatorio de los recursos naturales y que por lo tanto es necesario moverse hacia un sistema restaurativo que minimice los riesgos asociados al consumo de esos recursos no renovables, reiterando la necesidad de innovación del sistema educativo desde la perspectiva de modalidades a usar y de principios a inculcar de tal manera que apoye el cambio de mentalidad de la sociedad basado en los tres principios del denominado modelo circular; primero, preservar el capital natural equilibrando los flujos de recursos renovables, desmaterializando la utilidad, segundo, optimizar los rendimientos de los recursos maximizando los ciclos técnicos y biológicos para aumentar la vida útil de los productos, buscando mayor rendimiento sin poner en peligro la eficacia y finalmente, eliminar factores externos negativos, entre los que se encuentra un obsoleto sistema educativo, innovándolo para incrementar la calidad, la diversidad y la equidad de tal forma que maximice el potencial individual de los ciudadanos teniendo en cuenta que las decisiones que se tomen hoy  tendrán efecto real en el largo plazo.

Por otro lado, como lo indica Fiszbein & Stanton (2018), la educación garantiza la sostenibilidad y la prosperidad porque genera mayor productividad, si es de calidad y con una amplia cobertura que perfectamente se puede proveer haciendo uso de las facilidades que provee la tecnología controlando las tasas de deserción asociadas y las indeseables inequidades identificadas entre grupos.

Lo que deja claro el Foro Económico Mundial (Hansen, 2018) es que la sociedad se encuentra en un ciclo de disrupción con la globalización como factor determinante y la tecnología como motor del cambio, que genera la desaparición de categorías de trabajo propia de una economía basada en el conocimiento, frente a la que el sistema educativo no ha reaccionado a la velocidad requerida por una institucionalidad que no lo permite. La salida es innovar o se corre el riesgo de lo que sucedió con la música y los medios de comunicación; el sistema educativo está en su momento “Netflix” con modelos de operación que funcionan mejor proporcionando flexibilidad digital y que no sea su momento “Blockbuster”.

 

Lo importante, es observar que estos cambios deben implementarse en el sistema educativo como un todo, incluyendo básica, medía, superior y la denominada educación para el trabajo y el desarrollo humano, de tal manera que asuman las ventajas que ya tienen plataformas educativas en línea, con una amplia oferta académica, flexible y pertinente que están abriendo una puerta para el desarrollo de habilidades, con ventajas como ahorro en costo, acceso a comunidades específicas, confianza basada en el prestigio, facilidad de uso, apoyo de instructores, plataformas interactivas, que incluye entre otras opciones, aunque no es una lisa exhaustiva; Udemy, Platzi, Next U, Coursera, Edx, Udacity, MiriadaX, Ted-ED, Lynda, Linkedln Learning, Domestika, Freecodecamp, Tutellus, Codigofacilito, Video2Brain, Khan Academy, Aprende.org.

 

Referencias

Bakhshi, H., Downing, J., Osborne, M. & Schneider, P. (2017) The Future of Skills: Employment in 2030. London: Pearson and Nesta, ISBN: 978-0-992-42595-1

Deon, F., & Rogers, H. (2017) Informe sobre el desarrollo mundial 2018: Aprender para hacer realidad la promesa de la educación, Banco Mundial, disponible electrónicamente

Ellen MacArthur Foundation (2017) Hacia una Economía Circular: Motivos Económicos para una Transición Acelerada

Fiszbein, A., & Stanton, S. (2018). The Future of Education in Latin America and the Caribbean. Possibilities for United States Investment and Engagement. Washington.

Hansen, M. (2018). La Educación Superior del Siglo XXI necesita reinventarse. (F. E. Mundial, Ed.)

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