Probablemente, hayas oído hablar de ChatGPT, una nueva herramienta de inteligencia artificial que crea texto a partir de instrucciones bastante básicas dadas al software. Fue creada por OpenAI y puesta a disposición de todo el mundo a principios de diciembre. Fue un éxito inmediato y mundial.
Creo que el impacto de esta herramienta de IA en la enseñanza será muy importante, incluso puede suponer una transformación radical de las tareas que damos a los alumnos. Porque esta herramienta puede sustituir en gran medida a un ser humano en la creación de textos. La cuestión se está debatiendo en la comunidad académica.
En mis cursos de Transformación Digital, una de las tareas que deben realizar los estudiantes (en grupos) es redactar un breve Informe de Investigación (2-3 páginas) sobre una tecnología de vanguardia desde una perspectiva empresarial y preparar una presentación de 15 minutos. Pedí a ChatGPT que “escribiera un breve ensayo sobre los cerebros conectados (Neuralink, etc.) y sus posibilidades empresariales”, uno de los temas propuestos a los alumnos. Aquí está la respuesta, escrita en menos de 20 segundos:
“Cerebros conectados”, también conocidos como interfaces cerebro-máquina (ICM), se refieren a la tecnología que permite al cerebro comunicarse directamente con sistemas informáticos u otros dispositivos. Empresas como Neuralink, cofundada por Elon Musk, están a la vanguardia de esta tecnología, que tiene el potencial de revolucionar la forma en que interactuamos con la tecnología y entre nosotros.
Una posible aplicación empresarial de los cerebros conectados es el ámbito de la asistencia sanitaria. Los IMC podrían utilizarse para ayudar a personas con discapacidades o afecciones neurológicas a recuperar el control sobre su cuerpo o para controlar y tratar trastornos cerebrales con mayor eficacia. Por ejemplo, un IMC podría utilizarse para permitir a una persona con parálisis comunicarse o controlar una prótesis, o para controlar la actividad cerebral de alguien con epilepsia y activar una alerta cuando esté a punto de producirse un ataque.
Otra posible aplicación empresarial de los cerebros conectados es el entretenimiento. Imagine poder jugar a un videojuego utilizando solo sus pensamientos, o poder controlar un entorno de realidad virtual con sus ondas cerebrales. Los IMC también podrían utilizarse para crear experiencias más inmersivas e interactivas en otros sectores, como la educación o el turismo.
Los cerebros conectados también pueden transformar nuestra forma de trabajar y comunicarnos. Los IMC podrían utilizarse para permitir que las personas colaboren en tareas de forma más eficiente o para que equipos remotos trabajen juntos en tiempo real como si estuvieran en la misma ubicación física.
En general, las posibilidades empresariales de los cerebros conectados son amplias y variadas, y a medida que la tecnología siga avanzando, podemos esperar que surjan usos aún más innovadores y transformadores.
¡Impresionante! Haciendo tres preguntas más al software, he podido obtener el texto completo de lo que pido a los alumnos en menos de 5 minutos, bibliografía incluida. ¡Eso es la transformación digital de la educación!
Bibliografía: OPEN AI https://openai.com/blog/
Fuente: Sergio Vasquez Bronfman