Me complace compartir contigo ideas estimulantes, consejos y pistas que te puedan resultar útiles, todos ellos relacionados de algún modo con la inteligencia emocional… y más allá. Piense en esto como noticias para utilizar.
Entremos en materia…

Las 4 ideas empresariales de HBR que cambiaron el mundo
A principios de los 90, los editores me dijeron que no utilizara la palabra “emoción” en un libro de negocios. Como la mayoría, creían que las emociones tenían poco o ningún papel en el lugar de trabajo. En un abrir y cerrar de ojos, la inteligencia emocional se ha convertido en una de las habilidades más buscadas en el lugar de trabajo, sobre todo entre los líderes.

 

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Para celebrar éste y otros avances similares en el mundo empresarial, Harvard Business Review ha elaborado una serie especial titulada 4 ideas empresariales que cambiaron el mundo. Cada semana, un editor de HBR habla con académicos y expertos de talla mundial sobre las ideas más influyentes de los primeros 100 años de HBR, como la innovación disruptiva, el valor para el accionista y la gestión científica.
Como parte de esta serie, Susan David, Andy Parks y yo hablamos sobre inteligencia emocional con la editora ejecutiva de HBR, Alison Beard.

Furia en la carretera

La mujer que conducía el Land Rover blanco detrás de mí se estaba poniendo frenética. Me había estado tocando el claxon, levantando los brazos en señal de disgusto y haciéndome señas para que acelerara. Pero yo iba al límite de velocidad en una carretera rural de dos carriles excavada en un acantilado. No había ningún sitio donde parar para dejarla pasar y yo no iba a infringir la ley de tráfico.
Así que, desesperada, se metió en el carril contrario, aceleró el Rover y me adelantó. Una curva en la carretera le impedía saber si venía un coche en sentido contrario, pero no le importó. Una imprudencia, sin duda.
La rabia en la carretera lleva a la gente a tomar decisiones impulsivas de las que luego se arrepentirían, como dije hace poco en un segmento sobre inteligencia emocional para el programa “IdeaCast” de Harvard Business Review.
“Todas las emociones tienen su utilidad”, insistió Susan David, coach de Harvard, en consonancia con las nociones de su brillante libro Emotional Agility (Agilidad emocional). “Los pensadores desde Darwin lo han visto”.
Y, estuve de acuerdo, hasta cierto punto tiene razón. La ira, por ejemplo, puede darnos concentración, energía y persistencia, algo crucial para cambiar lo que nos enfada. Pero, para ser eficaces, no podemos dejar que la emoción nos domine por completo. Le hablé de la impulsividad para citar una excepción en los extremos: la rabia que conduce al daño o el pánico que paraliza. Pero dejando a un lado estos estados perturbados, Susan David tiene razón.
Una interpretación errónea de la inteligencia emocional sostiene que debemos suprimir ciertas emociones: sólo ser felices, por ejemplo.
Las emociones son la sabiduría del cuerpo, que nos dice cómo nos sentimos realmente ante una realidad determinada. Cada emoción. Debemos escucharlas.

Daniel Goleman Cursos de Inteligencia Emocional

La competencia de adaptabilidad en mi modelo de inteligencia emocional significa que tenemos flexibilidad para manejar el cambio, podemos hacer malabarismos con múltiples exigencias y adaptarnos a nuevas situaciones con ideas frescas o enfoques innovadores. Podemos mantenernos centrados en nuestros objetivos al tiempo que adaptamos la forma de alcanzarlos. Es una parte del conjunto de habilidades de la IE que será cada vez más valiosa en el futuro.
Para comprender mejor las competencias de la inteligencia emocional, qué las hace funcionar y por qué son importantes, ofrezco los Caminos de la Inteligencia Emocional de Daniel Goleman, un curso guiado de estudio en línea que te pondrá al día.

Propósito para ganar

Aunque la falta de compromiso de los empleados es un problema desde hace décadas, las cosas parecen haber empeorado en los dos últimos años, inspirando lo que se ha dado en llamar la Gran Dimisión y el abandono silencioso.
Puesto que sabemos que el propósito fomenta el compromiso, cada vez es más importante plantearse una pregunta fundamental: ¿qué es un trabajo significativo?
En la mayoría de los casos, es un trabajo que va más allá de pagar las facturas. Significa que estamos haciendo algo que conecta con nuestros valores, despierta nuestro interés y compromete nuestra brújula moral.

Autor: Daniel Goleman